El pulpo Sai nació en enero de 2008 para ilustrar un cuento infantil escrito por Marta Sanz (mi mujer).
El pulpo Sai nació en enero de 2008 para ilustrar un cuento infantil escrito por Marta Sanz (mi mujer).
Cuando el sábado 6 de junio, al filo de las nueve de la noche, en el recinto de la EuroFeria Andaluza de Bruselas, sonaron los primeros acordes de “Te echado de menos”, emocionado recuerdo de Álvaro Urquijo a su hermano Enrique, con el que Los Secretos dieron comienzo a su primer concierto en Europa fuera de España, por un momento me pareció volver a uno de los muchos conciertos a los que pudimos asistir aquellos que tuvimos la suerte de vivir la famosa “movida madrileña”.
Muchos de los que nos encontrábamos esa noche al pie del Atomium, con la sonrisa puesta, éramos unos adolescentes cuando saltó a la fama la inolvidable “Ojos de perdida”, con lo que ellos, Los Secretos, y nosotros, estábamos un poco cambiados (sólo un poco). Pero sus canciones no.
A mi lado las coreaban a pleno pulmón un numerosísimo grupo de “Erasmus”, como gustan llamarse los que se mueven por Europa para estudiar gracias a esta beca, de edad parecida a la de mi hija mayor. Y es que “No me imagino”, “Déjame” o “Sobre un vidrio”, por no citar más que alguna de ellas, conservan toda la frescura de aquellas tardes de verano de principios de los felices 80.
José Luis Estébanez, de la Consejería de Trabajo y Asuntos Sociales, amigo personal del alma del grupo, Álvaro Urquijo, desempeñó el papel de maestro de ceremonias: de él fue además la idea de invitar a Bruselas a este grupo emblemático. Se la comentó a Txema Muñoz, presidente de Hispagenda y miembro de la junta directiva de la EuroFeria, que pensó que este podía ser un buen marco para la visita, y así se lo planteó a Federico Gallo, presidente de honor de la EuroFeria. Gracias a los tres por este regalo, porque así empezó todo y el resultado lo disfrutamos este sábado de junio en el que hasta la lluvia se puso de nuestra parte.
La EuroFeria, por unas horas, cambió el flamenco y la bata de cola por buen pop español y la noche de Bruselas se llenó de canciones cargadas de recuerdos y de emoción para muchos de los presentes.
El concierto fue todo un éxito de público y ambiente, además de un derroche de profesionalidad. Juan y Manuel González, Raúl Méndez y David Gómez, los técnicos, hicieron un trabajo excelente, como tuvimos ocasión de comentar con Carlos Menéndez, el “Tour/Road manager”. En cuanto a Álvaro Urquijo, Ramón Arroyo, Jesús Redondo, Juanjo Ramos y Santi Fernández, cantaron y tocaron maravillosamente, como siempre ha sabido hacer este mítico grupo desde que empezara a regalarnos canciones hace 30 años, aunque no todos ellos formaran parte de este por aquel entonces.
Por obra y gracia de Los Secretos, este sábado 6 de junio, en la noche de Bruselas, volví a tener 15 años.
Marta Sanz
Contestamos desde nuestras páginas a las desafortunadas declaraciones realizadas por Ian Andersen, portavoz del director general de la DG Interpretación de la Comisión Europea, en las que justificaba el hecho de que el español a partir de ahora ya no se cuente entre las lenguas “fijas” de las ruedas de prensa de dicha institución.
El pasado domingo 27 de febrero, un diario de ámbito nacional publicó un artículo llamado “El español, contra las cuerdas en la UE”, que se hacía eco de unas declaraciones de Ian Andersen (foto), portavoz del director general de la DG Interpretación de la Comisión Europea, en las que justificaba el hecho de que el español a partir de ahora ya no se cuente entre las lenguas “fijas” de las ruedas de prensa de dicha institución, como venía sucediendo hasta la fecha, con afirmaciones como la de que “…no se puede pretender que el que alguien escribiera un libro muy importante hace 400 años sea un argumento para defender una lengua en el siglo XXI” o que “…no entiendo que se contraponga el orgullo nacional a una práctica racionalizadora en el uso de los escasos recursos disponibles. El orgullo nacional nos lleva a lo que ocurrió en Yugoslavia”.
Perplejos ante semejantes declaraciones, hemos creído oportuno hacerle algunas aclaraciones al señor Andersen, y aunque sospechamos que mucho español no habla, pues nadie que se haya interesado mínimamente por nuestra hermosa lengua puede llegar a decir nunca semejantes cosas, estamos seguros de que dado su entorno de trabajo, algún voluntario habrá que le traduzca nuestras palabras.
El español, por número de hablantes, es la tercera lengua del mundo. Nuestra lengua es además el segundo idioma hablado en Estados Unidos, donde cadenas de radio y televisión emiten totalmente en español. Y por razones estrictamente económicas es la lengua que más se estudia como idioma extranjero en una gran mayoría de países no hispánicos de América y Europa. Es lengua oficial de numerosos organismos internacionales, como la Unión Europea –como bien sabe el señor Andersen–y la ONU. Es también la segunda lengua más consultada en Internet. Se encuentra además entre las cinco lenguas más utilizadas del mundo, junto con el inglés, el francés, el ruso y el chino. El número de usuarios del español en países donde es idioma oficial era en 2004 de de 332.610.000, a los que hay que sumar los de aquellos países en los que nuestra lengua no es oficial, entre los que cabe destacar los 38.800.000 que también en 2004 había en Estados Unidos. Es decir, hay prácticamente 400 millones de hispanohablantes en el mundo.
¿Le parece este al señor Andersen un argumento más importante para defender nuestra lengua en el siglo XXI que el que Cervantes escribiera su Quijote en español hace 400 años?
Es cierto que los que tenemos la suerte de hablar español sentimos orgullo por nuestra lengua. Ya decía Carlos I de España y V de Alemania que “…el alemán es el idioma para hablar a los caballos, el francés para los caballeros, el italiano para las damas y el español… para hablar con Dios”. Pero de ahí a que España se oponga a lo que el señor Andersen llama “práctica racionalizadora” por orgullo nacional, va a ser que no. España tiene muchas razones para exigir que su lengua esté al mismo nivel que las tres lenguas de trabajo de la Comisión Europea, el inglés, el francés y el alemán. Razones históricas, culturales, objetivas, como las que hemos expuesto anteriormente, y muchas más, basadas en hechos, cifras y estadísticas perfectamente documentadas.
Si tenemos en cuenta además que los corresponsales españoles en Bruselas forman el segundo grupo, en número, de los corresponsales de la UE presentes en Bruselas, el que el español no se utilice de oficio precisamente en las ruedas de prensa de la Comisión Europea es si cabe aún menos comprensible.
Por otra parte, que nosotros sepamos –y que nos corrija el señor Andersen si nos equivocamos– el lamentable conflicto de la ex Yugoslavia no respondió precisamente a razones lingüísticas, con lo cual su comparación está de más.
Le recomendamos pues a don Ian que se documente, se informe, reflexione sobre sus palabras… y dimita de su cargo, pues un portavoz de la DG Interpretación de la Comisión Europea debería como mínimo estar al corriente de las características de las lenguas de nuestra Unión Europea… o al menos no dejar tan patente su ignorancia sobre las mismas. Y que se matricule el próximo curso en el Instituto Cervantes, cuya dirección puede encontrar en nuestro directorio. Aprender español es muy saludable…
Txema Muñoz
Presidente de Hispagenda a.s.b.l.
Pensando sobre el tema de la huella, mi mente siempre se encamina a un mismo enigma, la huella que produce un cuerpo en un estado sobre otro en estado diferente, de esta forma se me ocurren multitud de combinaciones interesantes:
…y otros muchos más que se me podrían ocurrir, pero como se ve, son todas combinaciones físicas, aunque existen otras de otra índole, abstractas, que posiblemente son las huellas que más intrigan al ser humano.
La huella que produce el dolor sobre el ser vivo, o la que produce el amor. La huella de la razón sobre el ser o la de éste sobre la inteligencia.
Creo que la huella es la señal del matrimonio perfecto entre todas las cosas ya sean animados o inanimados, o acaso no es menos cierto que la huella de un objeto es el objeto mismo que prolonga su vida sobre la materia en que se asienta. No existe pelo que por pequeño que sea no pueda tener su sombra, y es la sombra el pelo mismo en absoluta unión con piedra en que se sostiene.
Si todo esto es así, podríamos afirmar que el hombre es la huella de Dios. Entonces sugiero que cualquier huella producida no es sino la huella de la “Huella de Dios”.
“Caminante son tus huellas las que sigues,
es la luz que te acompaña
o el abismo de tu mirada.
Huellas son tus huellas o
¿No eres tú la huella de tu huella?
Txema Muñoz 1990
Partiendo de la base de que el estudio se realiza sobre el comportamiento de partículas libres, la elección de un soporte plano y pulido responde a la necesidad de neutralizar las posibles injerencias de factores externos que no forman parte del estudio y acercarse lo más posible a que las partículas estén sujetas a las mismas leyes físicas. Por ello, se propone la elección de un soporte plano y normal a la fuerza gravitatoria.
Dibujo plano con el ángulo
Como se cita en la primera parte del artículo, “Si el medio de propagación es limitado, la onda al alcanzar dicho limite se refleja. Está reflexión al combinarse con la propagación incidente, puede dar lugar a ondas estacionarias, de ello resulta una distribución regular y fija, en el espacio, de los puntos de máxima (vientres) y de mínima (nodos) de la onda.” , de esta manera on
En el transcurso de la experiencia se estudiará el comportamiento de las partículas según:
Para producir un efecto estético en el montaje final, se cuidará en extremo la elaboración del soporte, así como su color (cada soporte atenderá a las necesidades de color de las partículas)
Medidas recomendables
Para visualizar los efectos correctamente, es recomendable que los soportes sean regulares (cuadrado, círculo, hexágono…) y que se puedan inscribir en una circunferencia de diámetro no inferior a 70 cm. y no superior a 100 cm. lo que nos evitará tener que trabajar con volúmenes elevados (amplitud de onda).
Para crear una tensión homogénea en el conjunto, el borde irá reforzado con listón de 2×2 cm. para provocar el reflejo de la onda y evitar además que las partículas salgan del soporte.
Dibujo plano con las aristas
El objetivo fundamental de esta experiencia es el estudio de un determinado efecto físico, la transmisión de ondas a través de un soporte plano y sus consecuencias estéticas en partículas de materia libre sobre el citado soporte.
El estudio está basado en los experimentos que el físico alemán Ernst Chladni llevó a cabo en 1787 sobre vibraciones de las placas. Durante el proyecto se estudiará el principio de acción de las vibraciones en un soporte plano y su transmisión a partículas libres de diferentes materiales y grosores.
Al producirse una perturbación en un punto de un medio elástico, ésta se transmite progresivamente a todos los puntos del medio propagandose en una onda.
Sea AB una cuerda vibratoria fija en sus extremos, al hacerla vibrar, ésta describirá un huso como el de la figura. Los puntos A y B serán nodos de la onda descrita visualmente (son puntos en reposo). C y D son vientres de la onda o lo que es lo mismo, los puntos de máxima elongación de la cuerda.
Si tomamos ahora la cuerda AB, inmóvil, además en otro punto M, por ejemplo a 1/4 de la longitud total, y hacemos vibrar AM, MB vibrará igualmente, pero ahora la cuerda en su conjunto se dividirá en cuatro husos iguales a AM y presentará cinco nodos o puntos inmóviles.
Este principio físico aplicado a una superficie plana limitada puesta en vibración, puede dividirse en partes que parecen vibrar independientemente las unas de las otras, limitadas por líneas nodales. Al situar la placa en posición horizontal, y situando en su superficie partículas de algún determinado material, estas se agruparían a lo largo de las zonas nodales, produciendo así diferentes figuras, según variemos estas zonas. Estas configuraciones resultantes se llaman “figuras de Chladni”, físico alemán que estudió los movimientos vibratorios de sólidos, y en 1800 dirigió sus experimentos hacia las vibraciones de las placas, espolvoreándolas con arena fina, obteniendo así estas “HUELLAS ACÚSTICAS”.